La depreciación de un coche varia con el tiempo, y va en función de una gran número de criterios. Es única para cada modelo y responde a las leyes de la oferta y la demanda.
La pérdida del valor de tasación de los vehículos es ineludible, a menos que adquiramos un vehículo de colección. El comprador de un vehículo nuevo ya sabe algo sobre esto. Al comprarlo nada más salir de fábrica, el valor del coche a disminuido entre un 10 y un 30% en el mercado de ocasión desde el primer kilómetro recorrido, en función de la marca y el modelo.
Esta depreciación se ralentiza después con el paso de los años, reflejando lógicamente los efectos de la antigüedad y del uso. Se sitúa alrededor de un 15% por año, en base a un kilometraje medio estándar. Pasados una docena de años, el coche de ocasión se aproxima al fin de su vida. En el mercado, se cotiza a un 10-15%, incluso menos, del precio cuando era nuevo.
Esta pérdida del valor de tasación de los vehículos puede variar en función de la oferta y la demanda, y de la popularidad de ciertos modelos, en diferentes etapas de su vida. De esta forma, hasta principios de los años 2000, los profesionales de la tasación de vehículos cogían como referencia la cifra psicológica de los 100.000 km en su modelo de depreciación.
El atractivo de un modelo y su robustez son las mejores ventajas para conservar su valor a lo largo del tiempo. En sus gamas, todas las marcas tienen a sus campeones y a sus perdedores en el mercado de ocasión. Es la oferta y la demanda quienes deciden.
Así pues, el éxito comercial de un modelo nuevo suele asegurar que su valor disminuirá menos rápido que otros vehículos equivalentes.
Los coches reconocidos por su fiabilidad frente al uso y con bajos costes de mantenimiento se ven recompensados en el mercado de ocasión. La tasación de estos vehículos aguanta mejor el paso del tiempo. Inversamente, los que son víctimas de averías constantes o susceptibles de generar gastos imprevistos y costosos, se ven sancionadas.
Otros factores influyen en la pérdida de valor de un coche ocasión. Los vehículos que solo han tenido un solo propietario (primera mano) conservan mejor su valor. Lo mismo ocurre con los que presentan un kilometraje inferior a la media nacional. Se les supone un mejor estado en general. Las tasaciones de vehículos tienen en cuenta estas plusvalías, que sosiegan a los compradores de los coches de ocasión.
Se da un caso completamente diferente para los coches de empresa y los vehículos comerciales, que han transportado cargas pesadas y que han sufrido un rodaje intensivo en autopista o circuito urbano, como los taxis viejos, por ejemplo. Un sobre kilometraje en el contador se penaliza inmediatamente y las tasaciones de dichos vehículos se revisan consecuentemente a la baja. El estudio de los valores residuales de los automóviles demuestra que los modelos de fin de serie tienen tendencia a depreciarse más. Los consumidores prefieren los que han pasado por un restyling a mitad de su carrera o los que han saltado una generación.
Existen otros muchos criterios que contribuyen a modular el valor de un coche de ocasión. No pueden ser tenidos en cuenta por los sitios web de los tasadores a causa de la necesidad de realizar una inspección del vehículo propiamente dicha. La presencia de numerosos rascones en la carrocería, un guardabarros hundido, un tapizado dañado, neumáticos gastados son otros elementos que implican una disminución del valor del coche en el mercado de ocasión.
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