El control de velocidad o control de crucero mantiene automáticamente y con precisión la velocidad del vehículo independientemente de las condiciones externas variables como la pendiente del firme o el viento.
¿En qué consiste?
El control de velocidad o control de crucero mantiene automáticamente y con precisión la velocidad del vehículo independientemente de las condiciones externas variables como la pendiente del firme o el viento.
¿Para qué sirve?
Se trata de un equipamiento de ayuda en la conducción, principalmente en autovías o autopistas. Permite circular a una velocidad constante sin necesidad de mantener apretado el pedal del acelerador y sobre todo de no tener que estar controlando de forma constante que no sobrepasamos el límite de velocidad deseado o no autorizado.
¿Cuáles son los vehículos implicados?
Este equipamiento viene de serie o como extra en la mayoría de coches por un precio que ronda los 200 €. Algunos vehículos de gama más baja no ofrecen la posibilidad de equiparlo.
¿Cómo funciona?
El conductor programa la velocidad deseada (120 km/h, 125, 130, etc…) y el coche la mantiene acelerando en las subidas y soltando del acelerador en las bajadas. Algunos modelos incluso llegan a frenar en las bajadas. Si el coche está provisto de una caja de cambios manual, la marcha definitiva necesaria para poner el control de crucero deberá de meterse antes de la puesta en funcionamiento del regulador de velocidad, ya que un cambio de marcha desactivará dicha función. El control de crucero únicamente mantiene una velocidad de forma constante, por lo que aún nos encontramos lejos de los pilotos automáticos, y el conductor debe tener en cuenta que es único capaz de mantener la distancia de seguridad con los otros vehículos. El control de velocidad se desactiva cuando el conductor aprieta el pedal de freno, embraga, cambia de velocidad o lo desconecta voluntariamente. Los controles se sitúan generalmente sobre la maneta izquierda o el en el volante.
Lo que hay que recordar.
En fuertes pendientes descendentes, el conductor debe de estar atento a no sobrepasar la velocidad si el coche no actúa sobre los frenos. En caso de fallo, es sistema se desactiva automáticamente. Si no se diese el caso, siempre es posible poner el cambio de marchas manual en punto muerto. En última instancia, los frenos tienen una fuerza aproximadamente 10 veces superior a la del motor. En las versiones más avanzadas, el control de velocidad automático (ACC), dispone de un sensor de largo alcance en la parte delantera del vehículo para determinar la distancia con el coche que le precede. En caso de acercamiento, el coche ralentiza el solo la velocidad para seguir manteniendo la distancia de seguridad y volverá a alcanzar la velocidad de crucero memorizada cuando la carretera se encuentre despejada.
Las ventajas
Confort en la conducción en autovía/autopista
Aumenta la seguridad evitando sobrepasar una velocidad excesiva no deseada
Los inconvenientes
- Engorroso en carreteras pequeñas o con tráfico denso
- ¡No confundir el pedal de freno y el acelerador al llegar a un peaje!