El sistema ABS evita el bloqueo de las ruedas cuando se frena bruscamente. Este mantenimiento lateral evita que el coche realice un trompo y permite conservar la eficacia de las ruedas directrices para evitar un obstáculo.
¿En qué consiste?
El sistema ABS evita el bloqueo de las ruedas cuando se frena bruscamente. ABS es el acrónimo germano para “antiblockiersystem”. Mercedes fue el primer fabricante que comercializó dicho sistema con control electrónico en su modelo Clase S en 1978. Fue desarrollado por la empresa Bosch.
¿Para qué sirve?
El objetivo de no bloquear una o varias ruedas no es el de acortar la distancia de frenado, ya que esta no aumenta ni mucho ni poco en caso de bloqueo, si no de conservar el control del vehículo. De hecho, una rueda bloqueada continúa frenando pero no asegura la conducción lateral. Pero es precisamente este mantenimiento lateral el que evita que el coche haga un trompo y permite conservar la eficacia de las ruedas directrices para evitar un obstáculo
¿Cuáles son los vehículos implicados?
El sistema ABS es obligatorio en todos los coches en Europa desde el 1 de enero de 2003.
¿Cómo funciona?
Cada rueda dispone de un sensor de velocidad para detectar en posible inicio de bloqueo. Si la velocidad de una de las ruedas se vuelve más baja que las demás durante una frenada, el sistema ABS reduce la presión en el circuito de freno de la rueda implicada hasta que se ajuste a la velocidad apropiada. Esta operación puede efectuarse hasta 12 veces por segundo. El programa electrónico del ABS gestiona igualmente otras funciones, especialmente en la ayuda a la frenada de emergencia para mantener la presión más elevada en caso de disminución de velocidad extrema, y el EBD (Electronic Brake-force Distribution), que reparte la fuerza de frenada entre los ejes delanteros y posteriores en función de la distribución de la carga del vehículo.
Lo que hay que recordar.
Durante la activación del ABS, el pedal del freno se pone a vibrar. Se trata de un fenómeno perfectamente normal debido a las variaciones de presión. Es de vital importancia no soltar nunca el pedal, sino todo lo contrario, seguir apretándolo a fondo para que el frenado sea óptimo. El ABS no se adapta bien a los frenazos en la nieve o sobre gravilla donde pequeños bloqueos de las ruedas son a veces positivos. En estos casos conviene frenar muy ligeramente para limitar la intervención del ABS. Por último, el ABS no entra en funcionamiento por debajo de los 5 km/h para detener el vehículo… ¡Ya que es necesario que todas las ruedas dejen de girar en este caso!
Las ventajas
+ Se mantiene la capacidad de dirección durante las frenadas
Los inconvenientes
- Menores prestaciones sobre nieve o gravilla