El turbocompresor aumenta la cantidad de aire en los cilindros para incrementar la potencia del motor.
¿En qué consiste?
El turbocompresor aumenta la cantidad de aire en los cilindros para incrementar la potencia del motor.
¿Para qué sirve?
Este equipamiento se dio a conocer por su capacidad para aumentar la potencia pero hoy en día se emplea sobre todo para reducir el consumo. En efecto, permite a los motores más pequeños desarrollar la misma potencia que las grandes cilindradas, pero con un menor rozamiento mecánico y un peso inferior, lo que permite economizar en el carburante.
¿Cuáles son los vehículos que la poseen?
En otros tiempos, los motores con turbocompresor solo lo podían disfrutar los amantes de la conducción deportiva… A día de hoy, está equipado en la mayoría de motores Diésel y llegan de forma progresiva a los motores de gasolina (Ej.: Renault 1.2 TCE).
¿Cómo funciona?
El turbocompresor está formado por una turbina y un compresor. La turbina se pone en funcionamiento gracias a los gases de escape e impulsa el compresor centrífugo. Este último comprime el aire y lo envía a un radiador (intercooler) para después pasarlo a los cilindros. El turbocompresor está sometido a fuertes esfuerzos mecánicos: recibe gases de escape a más de 800 ºC y su velocidad de rotación puede sobrepasar los 2 000 000 rpm. Se enfría con un circuito de aire, y a veces con el circuito de agua del motor. Este equipamiento resulta fiable a día de hoy, pero es sensible frente a un defecto de refrigeración o de lubricación, así como a una válvula EGR defectuosa.
Lo que hay que recordar.
Raramente se emplea un motor a plena potencia. Aquel que esté dotado con un turbocompresor se beneficia del bajo consumo de las pequeñas cilindradas y de la potencia de un gran motor. Comparado con un motor no sobrealimentado de la misma cilindrada, un motor con turbocompresor puede ganar hasta un 60% de potencia, incluso más de un 100% en aplicaciones deportivas. Con una potencia equivalente, un motor con turbocompresor aporta un menor consumo de carburante pudiendo alcanzar hasta un 30% de ahorro. Las averías del turbocompresor no son muy frecuentes y se deben mayoritariamente al resultado de un fallo anexo como un problema en el filtro de aire o de la calidad del aceite.
Las ventajas
Ahorro y potencia
Par elevado en regímenes bajos
Los inconvenientes
- Necesita un buen seguimiento del mantenimiento del motor