Los LED (Light Emiting Diode) son unos diodos electroluminiscentes utilizados por su capacidad auto-iluminadora. Así como el empleo de los LED se multiplica en su uso para indicadores o luces diurnas, su puesta a punto en los faros es técnicamente más complicada.
¿En qué consiste?
Los LED (Light Emiting Diode) son unos diodos electroluminiscentes utilizados por su capacidad auto-iluminadora. Esta tecnología fue empleada por primera vez en las luces traseras a razón de las nuevas perspectivas que presentaban en cuestiones de diseño y de rapidez de encendido.
¿Para qué sirve?
Los LED presentan varias ventajas. La primera seria su encendido inmediato, de entre 2 y 15 milisegundos en lugar de 150 a 300 milisegundos en el caso de una bombilla halógena. Esta característica resulta muy conveniente sobre todo para ciertos indicadores, como las luces de freno y los intermitentes. Los LED también consumen muy poca energía: 80% de la energía eléctrica se transforma en luz frente al 20% de una bombilla convencional. Concretamente, la potencia eléctrica necesaria en un LED en la luz de freno es únicamente de 10 vatios, en lugar de 21 vatios. Esto supone una ventaja para las luces diurnas que son obligatorias a partir de febrero de 2011 en algunos países europeos. Por último, la duración de los LED es equivalente a la de nuestro vehículo, lo cual presenta varias ventajas si está pensando en vender su coche usado.
¿Cuáles son los vehículos implicados?
Los LED aparecieron por primera vez en la iluminación exterior como tercer indicador en la barra central de las luces de freno. Esta tecnología se expandió rápidamente a las luces de freno principales, los intermitentes, las luces de posición y las luces diurnas. Un gran número de vehículos las emplean hoy en día. No fue hasta el año 2007, en el que Audi las utilizó en su modelo R8 para las luces de cruce y largas, si bien este uso es bastante raro hoy en día.
¿Cómo funciona?
Los LED tienen la apariencia de una mini-bombilla, con un diámetro de 3 a 10 milímetros. Su luz no se crea por el calentamiento de un filamento o de un arco eléctrico, si no por el uso de semiconductores. La luz que se genera de forma electrónica y su color son controlados por el propio LED. Algunos LED empleados en los faros necesitan una refrigeración generalmente provista por un mini-ventilador.
Lo que hay que recordar.
Así como el empleo de los LED se multiplica en su uso para indicadores o luces diurnas, su puesta a punto en los faros es técnicamente más complicada. De hecho, los LED pecan todavía de falta de potencia. Por ejemplo, el Audi R8 tiene que recurrir a 22 LEDs en cada faro para las luces largas para compensar esta falta de potencia. Su coste por otro lado, debería de ir disminuyendo más rápidamente que el de los faros de xenón y una gran cantidad de LEDs en la parte frontal permitirá asegurar las funciones de los faros direccionales sin sistema de rotación. Es la tecnología para faros del mañana.
Las ventajas
Encendido ultra rápido
Bajo consumo
+ Duración equivalente a la del vehículo
Los inconvenientes
- Falta de potencia para las luces largas
- Coste aún elevado