La inyección directa disminuye el consumo de carburante y las emisiones de CO2 entre un 3 y un 6% en función de la tecnología empleada.
¿En qué consiste?
En vez de realizar la mezcla de aire y gasolina en el colector de admisión del motor, el carburante se inyecta directamente en los cilindros. Esta tecnología, empleada en un primer momento en la aeronáutica en 1937, hace su primera aparición en un Gutbrod Superior 600 en el año 1952.
¿Para qué sirve?
La inyección directa disminuye el consumo de carburante y las emisiones de CO2 entre un 3 y un 6% en función de la tecnología empleada.
¿Cuáles son los vehículos que la poseen?
Todos los motores de gasolina pueden poseer un sistema de inyección directa. Por otro lado, su elevado coste respecto a la inyección indirecta (en el colector de admisión), la limita actualmente a motores de vehículos de alta gama.
¿Cómo funciona?
La punta del inyector desemboca en el cilindro, cerca de la bujía. El motor no aspira una mezcla de aire y gasolina, si no únicamente aire. La gasolina se inyecta justa antes del encendido. El ahorro del carburante se debe a este tipo de inyección que soporta una tasa de compresión más elevada y que evita que el carburante entre en contacto con las paredes del colector de admisión y del cilindro. Este fenómeno es inevitable en la inyección indirecta: una parte de la gasolina se licua y no se puede quemar. Los inyectores pueden ser del tipo solenoide, los más comúnmente empleados, o piezoeléctricos, los más competentes pero también los más costosos. (BMW o Mercedes). Con el fin de inyectar directamente en los cilindros, la presión de inyección pasa de 6 bares a 15 bares, lo que aún se encuentra bastante lejos de los 1600 bares de los sistemas para motores Diésel. Por otro lado, si la inyección directa disminuye el consumo, la tasa de compresión más elevada puede favorecer la formación de partículas.
Lo que hay que recordar.
La inyección directa reduce el consumo de los motores en una gran variedad de situaciones de uso del vehículo: conducción urbana, autopista o a bajas temperaturas. Está adaptada por la mayoría de los vehículos de alta gama. A día de hoy, solo el grupo Volkswagen la ha implantado en una amplia gama de sus motores de gasolina más pequeños, pero la reducción de los costes debería de permitir su uso en un plazo breve en un gran número de coches de gama media.
Las ventajas
Ayuda en los excesos de velocidad
Sistema de acelerador activo recomendado
Los inconvenientes
- Sistema de advertencia sonora a evitar